domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuento de Octubre


FÁBULA Al ESTILO DEL CONDE LUCANOR

Unos días se alojó mi tío Manuel en mi casa, la suya estaba en obras. Yo había estado investigado, sobre, seres que no provenían de nuestro planeta. Exactamente, no había llegado a la conclusión de qué eran, pero por mi trabajo, podía deducir, incluso, poner mi mano en el fuego a que eran extraterrestres. Tenia la duda de darlo a los medios de comunicacion, pero, tenia miedo, de que en la sociedad en la que estamos me tomaran como loco.

En una tarde de esos
días, le pregunté a mi tio sobre que hacer ya que el había visto muchas noticias de ese tema.
-
Tío ¿Que he de hacer con mi investigación? no estoy seguro.

-Toda
investigación, tiene su parte buena y su parte mala. Por ejemplo el suceso que hubo con Darwin y su libro la selección de las especies. Te contare una fabula, así lo comprenderas mejor ¿Tu crees en los hombres lobo? pues después de que te cuente esta historia, creerás.

Fue hace ya un tiempo, puede hacer un siglo, algo
así. En un pueblo de la ciudad de Nashville, vivían, la hija, su padre y el prometido, que paso una temporada con ellos para conocer a su suegro. Hubo varios asesinatos en el pueblo, los cadáveres tenían un aspecto horrible, no eran marcas propias de un hombre, mas bien de un animal.Los policías investigaban y por mas que lo hacían no hayaban solución. Los asesinatos cambiaban de zona y esa noche, según los cálculos de los policías, tocaba en un viejo pueblecito de unos indígenas.

El prometido, junto con los
policías y más hombres, fueron a protegerles durante la noche. Todo estaba tranquilo y con un ambiente calmado, cuando algo sonó fuera. Todos estaban en cabañas, uno salio. Se oyó un grito desgarrador. estaba muerto. Los demás hombres salieron, todos armados, incluso con caballos. No veían nada, y de repente una fiera se les hecho por detrás. Todos intentaban matarla, pero no podían, muchos acabaron muertos y terminaron por correr alrededor del pueblo.

El lobo
atacó al prometido de tal manera, que le mordió en el hombre. Chillo, grito, pataleo, pero nadie sabia lo que le pasada, y de repente estuvo normal. estuvo unos días descansando, pero el notaba algo diferente, se sentía diferente.

Un día
descubrió que era un hombre lobo. Por la noche no era el, y le daba miedo de lo que pudiera pasar. Aviso a todos de que por la noche salieran del pueblo, y les contó lo que era. Nadie le creyó, todos le tomaban por loco. El siguió repitiéndolo, y le llevaron al manicomio. Allí se realizo un juicio sobre su problema. El estaba atado a una silla en el medio , todos los médicos alrededor. Al llegar la luna llena el les aviso de que salieran, pero no le hicieron caso, todos vieron como se fue transformando y empezó la bulla. Todos corrían y querían salir, pero las puertas estaban cerradas por fuera, por seguridad. El hombre lobo destripo y mato a todos y cada uno de los médicos que no le habían creído, y salio rompiendo la ventana fuera. Aquello fue una mascare.

-Gracias por la historia
tío, pero no llego a comprender muy bien que tiene que ver con lo mio, pero me ha gustado.

-
Sara molero también le gusto la historia y decidió añadirla a su libro. Escribió estos versos:

De la fábula pudo sacar
que todo puede ser verdad

lunes, 18 de octubre de 2010

Cuento de Septiembre




Su familia siempre ha sido muy pobre, nuca había tenido algún poder. Siempre, sometidos bajo la voluntad de la nobleza, todos sus antepasados se han dedicado toda su vida a trabajar, dando todo su esfuerzo posible. En eso se basaron sus vidas: en trabajar todo el tiempo bajo unas normas ¿Para qué? para poder vivir y alimentar a su familia. Solo eran unos simples campesinos y lo seguirían siendo siempre. No aspiraban a nada más, no tenían la oportunidad de llegar a algo más. Eran unos simples plebeyos. Sancho le encomendó una tarea a su hijo.

-Ve a por el arado, que está en la parte trasera y dirígete a arar los terrenos de nuestro señor.
-De acuerdo, padre.
Sancho se dirigió a la parte trasera de donde vivían y cogió el arado. Se dirigió a los terrenos de su señor y se puso a arar. Terminó pronto, realizó su trabajo con ligereza. Él no se podía ir hasta que el señor se lo dijera por lo que se quedó sentado, dibujando con un palo en la arena.


El señor llegó, se le quedó mirando como, como a su dibujo. después le entregó un saco con arroz y le alabó por su dibujo.
Se fue a casa y el día transcurrió de los más normal, trabajando, a ratos descansando en casa, pero sin sus padres. Ellos trabajaban el doble. al día siguiente Sancho fue a trabajar y , al terminar su trabajo, el señor le ordenó que se quedara en sus dominios por esa noche. cuando llegó a su castillo, le explicó que quería que le hiciera un cuadro para su capilla.

jueves, 23 de septiembre de 2010

3ºA

Nuevo curso.
Este blog se utilizara para 3ºA
Desde aquí empieza mis trabajos de este nuevo curso.

jueves, 17 de junio de 2010

Cuento de Junio

EL CUADRO DE MI VIDA



No es por ser modesto, pero yo no tengo manos de artista, o al menos eso es lo que recuerdo, ¿O lo que no recuerdo? quizás esto ha ocurrido por la mente tan negra como un pozo oscuro sin fondo que tengo.

-¿Quisiera saber qué es lo que ocurre?
-Lo siento señor, pero ha tenido una pérdida de memoria muy grave.
-Pero ¿La voy a recuperar?
-Eso venia a decirle, mucho me temo que no.
No encontraba la
razón del estar allí, pero empezaba a pensar que era una rotura de algún hueso . Esta noticia me ha supuesto un cambio de vida, o al menos no para i. Por lo que me habían contado, me había traído mi hija ¡Tenia una niña! Salí de la habitación para recorrer los aburridos pasillos del hospital. Las paredes blancas y los suelos de mármol blanco también, sera por la tranquilidad y relajación que produce. El suelo tenía unas lineas de colores, las puertas de madera blanca, y cada una de ellas numerada, había dispensadores de desinfección por todas partes. Yo tenia que salir de allí. Por suerte el medico me anuncio que ya me podía marchar. Me llevaron a mi casa en ambulancia. estaba allí una mujer.
-¡Papa!
-¿Hola?¿Quien eres?¿Mi hija?
-Claro, papa.
-Me la esperaba mas pequeña.
-La
tía Rosa me dijo que se pasaría dentro de muy poco tiempo. ¿Quieres que vayamos al museo? Es tu sitio favorito.
-Si es mi sitio favorito, pues vallamos.
Nos metimos en el coche recorriendo las calles de Madrid, hasta que llegamos a un museo. En el cartel
podía Museo del Prado. Estuvimos mirando bastantes cuadros. Una gran mayoría por un tal J.Sanchez. Me gustaban bastante los cuadros de ese tipo. Tenia las ideas claras de lo que quería expresar. Llegamos hasta un cuadro que me maravillo. En el estaba un soldado leyendo un periódico, dicho cuadro también de J.Sanchez. Me encanto lo que pude deducir de el. Tenia todo el tiempo del mundo para volver aquí a verlo, y, eso hice. Cada día visitaba el museo. Ya se me quedo grabado el camino de ida. Ese cuadro era mi gran pasión.

Una tarde de domingo, estuve en casa de mi hija, ella me contaba muchas anécdotas de nuestra vida.
-Te gustan mucho los cuadros de J.
Sanchez ¿Verdad?
-Me fascinan.
-Es un gran tipo.
-¿Le conoces? No me lo puedo creer, ¿Y no me lo habías contado?
-Si que le conozco, lo tengo delante.
No me lo podía creer ¡Era yo!
Jose Luis Sanchez, por eso me sentía tan compenetrado con el y sus cuadros, porque yo mismo los pinte. Yo mismo exprese todo eso. Y sobre todo, fui yo el que pinto ese cuadro que tanto me maravillaba.



miércoles, 12 de mayo de 2010

Cuento de Mayo

LA DURA VIDA


Me llamo Jaime, tengo 38 años, y no podía haber sido mas feliz en la vida. Mi vida era una mierda, mi padre era un maltratador y mi madre no sabía defenderse. Cayó en una fuerte depresión, se pasaba el día llorando en la cama. Mi hermano mayor era lo único que tenia, pero ni siquiera el podía ayudarme a dejar de sufrir por el daño que nos hacia mi padre.
A los cinco años empezamos a ir al colegio porque el gobierno lo obligaba. Si fuera por mi padre , estaríamos trabajando en sus tierras. Yo me esforzaba por aprobar, pero mi hermano era muy descuidado y siempre suspendía, por eso mi padre siempre, al llegar del colegio le pegaba. Yo no lo aguantaba mas, así que decidí hacerle los deberes. Pero un día mi hermano no estaba.
-Padre, ¿Dónde está Antonio?
-Se ha ido con la tía Margarita a vivir, estará bien.
Yo me lo creí y lo deje pasar. pero un día cogí un autobús con destino a Barcelona. Visite a mi tía y le pregunte por Antonio. No sabia nada, me extrañe. Volví a casa, pero ya no se podía hacer nada, a saber que le habría hecho mi padre.
Quince años después a mi padre le metieron en la cárcel y mi madre acabo pudriéndose en un psiquiatra. Una tarde de otoño pase por el metro y encontré a un hombre pidiendo limosna. En los siguientes días, igual, estaba el ahí, la única diferencia es que estaba con un perro y un gato. El hombre me recordaba a mi hermano y en lo que le debería haber pasado, y en lo que habría sufrido. Le di limosna, y mi tarjeta de visita por si necesitaba ayuda. Entonces la leyó pero siguió como si nada. A la semana siguiente yo estaba en mi oficina cuando me avisa
ron de que un hombre de muy mal aspecto estaba preguntando por mi. Cuando me vio, corrió a abrazarme. Era mi hermano. Los únicos supervivientes de una tragedia. Porque los que sufren siempre ganan.

viernes, 7 de mayo de 2010

Poema : "Maruja Mallo"



Tipo de estrofa: Redondilla
Poema hecho por mi, con la inspiracion de la foto de Maruja Mallo.

miércoles, 14 de abril de 2010

Poema: Miguel Hernandez



Poema ilustrado de Miguel Hernandez.
Trabajo del Instituto, por motivo del centenario de el nacimiento del poeta.

lunes, 12 de abril de 2010

Cuento de Abril

LA HISTORIA DE MI FAMILIA

Solo dos palabras, Suri Sawn, solo se necesita eso para saber la verdad. Mis padres murieron en un accidente doméstico según los forenses, solo recuerdo ver a mi madre cosiendo y a mi padre leyendo el periódico, cuando salí de casa. Cuando llegué, nada. Todo se derrumbó ante mis ojos. Por eso fui de camino a Sevilla a casa de mi abuelo materno Teodoro, la única familia que me quedaba.

Yo no le conocía. Mi madre y él llevaban enfadados durante mucho tiempo. Cuando llegué, era una casa un tanto antigua y siniestra. Me abrió la puerta con un simple hola.

-Sube arriba y al fondo a la derecha está tu habitación.

Ni siquiera me ayudó con el equipaje que estaba fuera, solo permanecía inmóvil en la oscuridad que le proporcionaba la casa. Subí arriba y encontré una puerta de diferente color a las demás. Forcejee un poco con la puerta, pero estaba cerrada. Así que me dirigí hacia la habitación que me había indicado mi abuelo. Deje el equipaje y baje al salón. Él estaba en el sillón sentado y yo me senté en otro, permanecimos así durante horas.

A la mañana siguiente, la misma situación, quietos y callados. Al atardecer del tercer día, no le vi salir, pero no estaba en casa, y me decidí a dar una vuelta por el pueblo. Me metí por callejones y más callejones y acabé en el cementerio Vi a un hombre de negro. De inmediato le reconocí. Era mi abuelo Teodoro, estaba llorando a alguien. Él se marcho mientras que yo me apresuraba hacia la tumba. En la losa no había nada escrito y parecía como si la hubiesen hecho a mano con una piedra cualquiera.

El ataúd sobresalía por el suelo, y me pareció raro porque suelen estar a más profundidad, así que me decidí a abrirlo aunque no estaba muy seguro de ello. Entonces la puerta crujió y en su interior no había nada. Me quedé paralizado ¿Por qué mi abuelo venía si estaba vacía? ¿en realidad no lo sabía? Tenía que averiguarlo, porque, quizás por eso era tan silencioso. Cuando llegué a casa él ya estaba allí preparando la cena. No me pregunto que donde había estado:

-La cena va a estar lista ¿Por qué no te subes arriba a cambiarte?

-De acuerdo

Subí arriba, probé suerte con la puerta diferente a las demás y obtuve resultado. Cuando entré, era una habitación de niña, con sus paredes rosas y sus muebles morados. En una de las paredes había un cuadro de aspecto antiguo, era una niña china, sentada en el suelo y cosiendo. En el cuadro había una fecha 1965. Me dirigí hacia mi habitación a cambiarme y bajé a cenar.

Él ya estaba sentado, y yo hice lo mismo, la cena fue silenciosa. Cuando acabé me fui a dormir.

Los días transcurrían y yo no averiguaba nada, hasta que un día él volvió a marcharse, yo subí a la habitación de la niña, pero estaba cerrada. Avancé hacia la habitación de mi abuelo. Cuando entré la observé y me fijé en el escritorio, que tenía un cajón con una llave. La giré y miré en su interior, eran cartas, un montón de cartas. Todas eran de una tal Rosa Mendoza. Me fijé en una. Era distinta de las demás. La abrí:

Querido Teodoro:

Has de saber que me dolió mucho perderos y más por tu propia voluntad. Yo nunca quise esto y no sé porque lo hiciste. Has de saber que de celebrará un juicio dentro de poco, será lo mejor para las niñas.

Adiós, Rosa

Cuando me dí la vuelta mi abuelo estaba en la puerta inmóvil mirándome, con lágrimas en los ojos. Me dijo que bajara al salón.

Él me esperaba sentado en un sillón y yo hice lo mismo.

-Veras, la carta que has leído es de mi ex mujer Rosa. Tu madre tenía una hermana, que adoptamos cuando nació ella. Me enteré de que Rosa me engañaba así que me marche de casa. Quería llevarme a lo que más quería, mis hijas, pero tu madre estaba con Rosa en el mercado y Suri estaba conmigo, entonces me marché con ella. Nos mudamos a este pueblo. Éramos felices, hasta que Rosa nos encontró y empezó a escribir. Se celebró un juicio trece años después y lo ganó ella. Vinimos los cuatro a casa para que Suri hiciera las maletas. Las niñas subieron arriba y nosotros nos quedamos fuera esperando, cuando, de repente, oímos un grito y vimos caer a Suri desde la ventana. Cuando llegamos a su lado ya estaba muerta. Miramos hacia arriba y vimos a Marta, tu madre, con una sonrisa en la cara. Al parecer ella no la consideraba de la familia y se pensaba que Suri era la causa de que nos separásemos. Como Rosa tenía la custodia la enterró en Badajoz.

Terminó la historia llorando.

-Pero abuelo, ha pasado mucho tiempo, no tienes porque seguir lamentándote de esta manera, además en vez de ir al cementerio del pueblo a rezar al olvido ve a Badajoz, allí seguro que no te sentirás así. Seguro que a Suri le importabas tanto como ella a ti.

-Tienes razón, tengo que dejar de lamentarme, es más iremos a Badajoz, necesito dedicarle el último adiós. Gracias sin ti no hubiera sido posible.

Y así es como la historia de mi familia terminó en una visita al cementerio, a un recuerdo en el olvido.


lunes, 8 de marzo de 2010

Cuento de Marzo

MI MEJOR AMIGO


Me llamo Óscar, tengo quince años, sufrí una depresión traumática que me costó superarla. No lo habría conseguido sin el apoyo de la gente que me rodea.
Era un día soleado, y Alberto vino a mi casa a jugar. Estábamos en el patio, y de repente se puso a llover. Era inexplicable ya que hacía un día magnífico. Nos metimos en casa, fuimos a una habitación donde mi padre tenia su colección de armas. Tenia licencia de armas y las usaba para cazar. Yo siempre me opuse a esa idea, pero nunca me hizo caso. Alberto fue a coger una y grité:
-¡No las toques!
-¿Por qué?
-Porque son peligrosas y además mi padre se enfadará.
-Es solo por divertirnos un rato, y tu padre no se enterará.
Lo dijo de una manera que acabo conviniéndome. No sé cómo lo hace, pero siempre hacía lo que decía. Primero las observo todas y luego cogió la que más le gustaba. La miró detenidamente y luego me apunto con ella y dijo ¡Pum!
-¡¿Qué haces?!
-Tranquilo, tiene el seguro ¡Mira!-Lo dijo enseñándomela
-Vale, ahora me toca apuntarte.
Le apunte, solo estábamos jugando y además me asegure de que tenía el seguro. Y de repente se disparó. Me puse a gritar ¡Socorro! Vino corriendo mi madre, se quedo con la cara blanca y llamo a una ambulancia. Durante tres días no supe noticias de él, pero al cuarto, mi madre me anunció que mi mejor amigo había muerto, ¡Era mi único amigo! yo no soy muy sociable. Esa noticia, me cambió mi vida para siempre, sentía que me estaba muiendo poco a poco.Dejé de ir al instituto y no hablaba. Mis padres me quisieron ayudar todo cuanto pudieron, pero no hubo resultado. Me empezaron a llevar a un psicólogo. Le decía a mis padres que estaba mejorando, pero yo no sentía nada. Un día fuimos de viaje al campo, por sugerencia de mi psicólogo y vimos un establo. Indique que quería parar, me encantaba mirar a los caballos. Mis padres, al ver que me encantaba uno negro, decidieron comprarmelo.
Lo cuidaba pero eso no mejoraba mi problema, poco a poco empecé a hablarle, y acabo convirtiéndose en mi mejor amigo. Solo hablaba con él. El me escuchaba. Acababe por quererle como a un humano. Y me di cuenta de que las amistades son lo mejor que se tiene en la vida, que significan tener a una persona a tu lado que nunca te falla. Nunca pensé que volvería a recuperar el espíritu de la felicidad, pero lo conseguí y con el tiempo volví a tener otro mejor amigo, otra persona que nunca me fallara, aunque nunca olvidare a Alberto. Comprendí el verdadero significado de la amistad.

lunes, 22 de febrero de 2010

Cuento de Febrero (GANADOR)

EL DELINCUENTE

Estábamos en el coche , camino de la frontera entre España y Francia. Llevábamos todo el día viajando. Aquella noche mi hermano Matt había atracado un banco, y matado al director de dicho establecimiento. Lo recuerdo todo como una nube de polvo pasando sin cesar, sin dejar ver nada. De repente, esa noche, llamó a casa la policía:
-Diga.
-Buenas noches, policía, está Matt Dillon.
-No, no está.
-Muchas gracias. Adiós.
Entonces, llego Matt. Me dijo que cogiera lo indispensable, le vi cargar una pistola en el tiempo que yo cogía las llaves del coche. Le vi nervioso, pero no pregunté nada, sabía lo que pasaba. Fuimos al coche y se puso al volante él. Viajamos todo el día. Cada hora y media nos turnábamos, para conducir. No habló nada, solo al medio día:
-¿Tienes hambre?
-Sí, un poco, pero no he cogido comida.
-Pararemos y compraremos algo de comer.
Paramos en un pequeño pueblo, donde vimos un mercadillo. Él compró unos sandwiches y unas coca-colas. Yo me dediqué a dar vueltas por los puestos, vi uno de bragas y me acerqué. Había un cartel que ponía "Por la compra de tres bragas regalamos un libro". Pensé en comprar, ya que no me había cogido ropa limpia, y me dieron un libro llamado"En manos de un delincuente". Luego fuimos al coche y comimos ahí. Quise romper el hielo y le dije:
-¿Matt, a dónde vamos?
-Lejos del país.
-¿Qué estupidez has vuelto a hacer?
-He atracado un banco, y matado a un tío.
-Sabes que ya eres mayor de edad y con todos tus antecedentes te meterán en la cárcel.
-Por eso mismo nos vamos.
Solo me voy con él porque es mi hermano, solo me ata a él la familia. Es un delincuente suelto.
Nos paramos en un descampado y se apoyó en el coche a fumar. Yo, mientras, leía para entretenerme. De repente vi que, con un movimiento rápido, cogió el arma y salió corriendo, supe por qué corría, porque oí un sonido, era la policía. Corrí tras él, pero no le alcancé. Le rodearon cuatro coches de policía. Grité que no disparara, pero no hizo caso. Sacó el arma y los policías respondieron a sus actos disparándole. Corrí hacia él, y me tiré al suelo. Estaba muerto, y ya no había vuelta atrás. Me llevaron a un centro de acogida, ya que era huérfana. Nunca pude terminar aquel libro que me dieron por tres bragas. Me recordaba totalmente a él.

jueves, 4 de febrero de 2010

Cuento de Enero

AMOR FALSO

Tiré la carta al fuego. Hacía unas llamaradas naranjas intensas que, poco a poco, fueron consumiendo al papel, mientras yo lloraba por lo ingenua que había sido, sentada en la butaca del salón.

Pero empecemos desde el principio. Me llamo Claudia y mi novio Javier. Llevamos juntos casi cinco meses. Él se guarda muchas cosas para sí mismo, pero en nuestro aniversario de cinco meses, me contó que su ex novia era mi mejor amiga, Marta. Yo le dije que daba igual ya que eso era del pasado, y me contestó:

-Pensé que lo querrías saber-Dijo funciendo el ceño.

Me regaló un dvd con todos nuestros momentos juntos plasmados en fotos y vídeos, y, un collar de diamantes. Yo le regalé un viaje para dos a Nueva York, a él le encanaba y soñaba con viajar allí. Vio la fecha, del catorce al diecinueve. Me dijo:

-¿No se podría cambiar la fecha?

-Lo intentare, ¿Por qué?

-Nada solo que no puedo-Dijo apartándome la mirada.

Sé que se guarda muchas cosas para sí mismo así que no le presione. Cambie la fecha del diecinueve al veintiséis a su petición.

Dos días más tarde bajé a comprar algo de leche, huevos, y carne, ya que no tenía nada de comer. Mientras salía del portal me encontré a Javier con Marta, hablando. No sospeche nada malo, pero me quede mirando. Javier le entregaba un sobre a Marta, un sobre blanco como otro cualquiera. Me fui, ya que no había nada extraño. Nunca logré hablar con Javier, ya que siempre que le llamaba no me cogía el teléfono o lo tenía apagado. Un día me lo cogió:

-Claudia, hola ¿Que quieres?

-¡Javier! solo quería ver que tal estas, hace mucho que no hablamos.

-Yo estoy muy bien. Bueno te dejo que me voy a dormir.

-Adiós.

Se notaba que pretendía evitarme pero ¿Por qué?

El día diecinueve a las 3 horas antes del viaje a Nueva York, después de hacer la maleta, bajé a comprobar la correspondencia y encontré una carta sin sello como si alguien la hubiera metido.Ponía:

Claudia:

En estos momentos estoy esperando en el aeropuerto. No hace falta que vengas porque me voy con Marta. Nunca te conté que te fui infiel con ella. Lo teníamos en secreto y lo mejor es que tu no notabas nada.

Adiós Claudia.

Tiré la carta al fuego, hacía unas llamaradas naranjas intensas que poco a poco fueron consumiendo el papel, mientras yo lloraba por lo ingenua que había sido, sentada en la butaca del salón.