lunes, 8 de marzo de 2010

Cuento de Marzo

MI MEJOR AMIGO


Me llamo Óscar, tengo quince años, sufrí una depresión traumática que me costó superarla. No lo habría conseguido sin el apoyo de la gente que me rodea.
Era un día soleado, y Alberto vino a mi casa a jugar. Estábamos en el patio, y de repente se puso a llover. Era inexplicable ya que hacía un día magnífico. Nos metimos en casa, fuimos a una habitación donde mi padre tenia su colección de armas. Tenia licencia de armas y las usaba para cazar. Yo siempre me opuse a esa idea, pero nunca me hizo caso. Alberto fue a coger una y grité:
-¡No las toques!
-¿Por qué?
-Porque son peligrosas y además mi padre se enfadará.
-Es solo por divertirnos un rato, y tu padre no se enterará.
Lo dijo de una manera que acabo conviniéndome. No sé cómo lo hace, pero siempre hacía lo que decía. Primero las observo todas y luego cogió la que más le gustaba. La miró detenidamente y luego me apunto con ella y dijo ¡Pum!
-¡¿Qué haces?!
-Tranquilo, tiene el seguro ¡Mira!-Lo dijo enseñándomela
-Vale, ahora me toca apuntarte.
Le apunte, solo estábamos jugando y además me asegure de que tenía el seguro. Y de repente se disparó. Me puse a gritar ¡Socorro! Vino corriendo mi madre, se quedo con la cara blanca y llamo a una ambulancia. Durante tres días no supe noticias de él, pero al cuarto, mi madre me anunció que mi mejor amigo había muerto, ¡Era mi único amigo! yo no soy muy sociable. Esa noticia, me cambió mi vida para siempre, sentía que me estaba muiendo poco a poco.Dejé de ir al instituto y no hablaba. Mis padres me quisieron ayudar todo cuanto pudieron, pero no hubo resultado. Me empezaron a llevar a un psicólogo. Le decía a mis padres que estaba mejorando, pero yo no sentía nada. Un día fuimos de viaje al campo, por sugerencia de mi psicólogo y vimos un establo. Indique que quería parar, me encantaba mirar a los caballos. Mis padres, al ver que me encantaba uno negro, decidieron comprarmelo.
Lo cuidaba pero eso no mejoraba mi problema, poco a poco empecé a hablarle, y acabo convirtiéndose en mi mejor amigo. Solo hablaba con él. El me escuchaba. Acababe por quererle como a un humano. Y me di cuenta de que las amistades son lo mejor que se tiene en la vida, que significan tener a una persona a tu lado que nunca te falla. Nunca pensé que volvería a recuperar el espíritu de la felicidad, pero lo conseguí y con el tiempo volví a tener otro mejor amigo, otra persona que nunca me fallara, aunque nunca olvidare a Alberto. Comprendí el verdadero significado de la amistad.